miércoles, 25 de mayo de 2016

CANCER NO ES SINONIMO DE MUERTE.VILLA CURRY. Buenos días a todos los posibles visitantes, pero muy en especial a nuestro querido ratoncito madrugador, que ya debe de estar leyendo las seis entradas que realice ayer, muchas gracias por tu fidelidad para con el blob y que ese ser supremo te bendiga y sobre todo ,te colme de toda clase de venturas y muy en concreto, de salud, que el la base principal de nuestra vida y como hoy me he levantado algo nostálgico,, pero feliz, voy a tratar de que mi entrada sea lo mas amena posible y si puede ser, que sirva no solo como distracción, si no también como conocimiento, para todos aquellos que tengan menos de cincuenta años, aproximadamente y conozcan lo que fue  la niñez de los que ya estamos por encima de los setenta años, por lo menos, y como de costumbre, me pondré yo como ejemplo, muchas gracias por vuestra atención y comienzo a escribir. Antes de nada mi agradecimiento y recuerdo a mis queridos padres que me dieron la vida y sobre todo, a mi madre que aun a pesar de que ya hace muchos años que paso a ese plano, donde tan solo esta su espíritu o su alma, según lo queráis ver y desde allí me esta protegiendo dodos los días. Nací en el seno de una familia cristiana y católica, pero con escasos medios económicos, por lo tanto desde mi niñez, ya comencé a no poder disfrutar de la vida como lo hacían muchos de nuestros vecinos, sobre todo cuando vivíamos en Sevilla, era en la BARRIADA NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA, en total 42 43 Chalecitos de planta baja, alta y azotea y un jardín. Y estaba ubicada, justo detrás del hospital de la Macarena, camino del cementerio .fueron los siete años mas felices de mi vida, hasta que al cumplir los once años, aproximadamente, nos vinimos a vivir a Madrid, pero no quiero dejar en el tintero varias cosas de mi vida hasta esa fecha, por ejemplo, la forma de jugar que teníamos los niños que nuestros padres no nos podían regalara por reyes, mas que un juguete y lo compartíamos con los de los demás, pero lo que si es una pena que se perdiera, era esa forma de jugar sin necesidad de disfrutar mas que e nuestra imaginación, los boliches, el escondite, el pañuelo, las tres en raya .etc. etc. en concreto, unos juegos infantiles de lo mas simples, pero que nos hacían muy felices y sobre todo, a la hora de la merienda, que consistía en un trozo de pan con un agujero y dentro un poquito de aceite y azúcar, quien la podía disfrutar y sin no, simplemente aceite. y los niños ricos, pan con chocolate e inclusiva, embutidos, que nos daba una envidia , que no os podéis figurar. Ahora vuelvo.

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